Conoce a
Iker Fernández
Mi nombre es Iker, no era muy conocido hasta que a los padres de un famoso portero de fútbol se les ocurrió la idea de llamar a su hijo como yo 🙂. A partir de ese momento mi vida cambió como cambia la cara de un hipopótamo al beber un litro de tequila.
Podía hacer una reserva en un restaurante de casi cualquier lugar del mundo y la gente parecía conocerme. No necesitaba dar explicaciones sobre cómo me llamaba.
No bromeo si te digo que antes de que ese deportista fuera conocido, tenía que repetir mi nombre y deletrearlo casi en el 90% de las ocasiones que viajaba fuera del País Vasco. Nunca más he tenido que hacerlo.
¿Por qué te cuento esto?
Porque un nombre es solo eso, un nombre. Una palabra. Lo verdaderamente significativo es lo que perdura tras esas letras. Esa autenticidad que hace que seas tú de verdad o ese legado que dejará tu experiencia por la vida.